Notas sobre la Jornada del Tucumán y Cuyo

1ª. nota
III Jornada de Historia y Genealogía del Tucumán y Cuyo
Se desarrolló del 3 al 5 de febrero p.pdo., con participación de investigadores en ambas disciplinas venidos de toda la región del Tucumán, incluyendo Córdoba, y también de Buenos Aires y Entre Ríos.
Punto de encuentro fue Sañogasta, el tradicional pueblo donde se fundó el primer Mayorazgo argentino, el de San Sebastián de Sañogasta, también conocido como Mayorazgo de los Brizuela y Doria.
Pues el día 3 se celebran las fiestas patronales de San Sebastián, “patrón de este sitio y hacienda”, como lo dispuso el fundador, a continuación de la fiesta de la Virgen de la Candelaria, el día 2, que es la Patrona de la Parroquia que lleva su nombre.
La fiesta tiene como punto culminante el galope de los Alféreces de San Sebastián, antiquísima cofradía informal pero muy viva, que data del siglo XVII. El Alférez es una figura que se hizo popular en La Rioja en las Guerras Calchaquíes, ya que fueron las fuerzas integradas por vecinos feudatarios a caballo e indios amigos quienes salvaron la ciudad y su jurisdicción de los ataques del Cacique Chalimín. Quedó impresa en la memoria popular la figura de esos defensores de la Fe, y actualmente, en Sañogasta, en muchos pueblos de La Rioja y de otras provincias del Tucumán, jinetes de toda laya, jóvenes y viejos, pasan con sus estandartes al vuelo homenajeando a los Santos y prometiéndoles su asistencia.
Los participantes de la III Jornada se encontraron en este gran acto de Fe y Tradición. Les llamó la atención los atuendos típicos, la gran participación de fieles a pesar de ser días de semana y sobre todo la gran cantidad de jóvenes y niños que salen como Alférez (o “alféreces”) a pie y a caballo.
Luego de la vistosa fiesta patronal, los investigadores y otros amigos de los Centros que organizaron la Jornada se reunieron en la Hacienda de la Candelaria, junto a la Iglesia de San Sebastián, para un animado almuerzo criollo, en la histórica loma donde el Teniente General del Tucumán, Pedro Nicolás de Brizuela, fundó una simiente de Civilización Cristiana erigiendo la capilla en su “feudo”, como se le llamaba entonces.
A continuación, se retiraron a sus alojamientos en Nonogasta y Chilecito para reponerse del largo viaje con una buena siesta y comenzar las ponencias el 3 a la tarde.