LUCES DORADAS del TUCUMAN

Sitio de intercambio de información sobre la actualidad, historia y cultura argentina e iberoamericana, desde la región del Tucumán (NOA - La Rioja - Córdoba), en la que tuvo especial vigencia la civilización cristiana, orgánica y mariana de la Argentina auténtica. Su Tradición viva se enriquece con el paso del tiempo. Ayúdenos a descubrir y defender nuestra identidad. E-mail: civilizacioncristianaymariana@gmail.com

Mi foto
Nombre: El Alférez
Ubicación: Noroeste, Argentina

viernes, enero 02, 2009

El luminoso Tinkunaco de San Francisco Solano


San Francisco Solano no sólo evangelizó con doctrina sino con belleza. Al Bien (bonum) y a la Verdad (verum) le agregaba la Belleza (pulchrum), según la esplendorosa escuela franciscana y bonaventuriana. Salía al patio del convento a buscar argumentos en la contemplación de la belleza y armonía de los seres creados. Se presentaba en la celda de un fraile muy tentado -lo que conocía por luces sobrenaturales- y lo libraba de la tentación con armoniosos acordes de violín.
Convirtió a 9.000 diaguitas que se aprontaban a destruir la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja. Se conoce este episodio fundacional de la Cristiandad riojana y norteña como "el pentecostés riojano". Hermanó a españoles e indígenas. Hizo que aceptaran de buen grado ser vasallos del Rey Católico -que era Felipe II de Austria-, proponiéndoles hacerse vasallos, esclavos de amor, hijos del Niño Dios Alcalde.
El tradicional Niño Alcalde de La Rioja... ¡qué maravilla! ¡qué tesoro!
El Alcalde era el miembro más prominente del Cabildo. Su función era la de ser juez. Eran dos: el de mayor antigüedad era el de primer voto. Debía ser encomendero de indios, es decir vecino feudatario, como todo miembro del Cabildo -alcaldes y regidores. Elevó en grado excelso la más alta dignidad del vecino feudatario, el Alcalde.
Hizo de esa figura, arquetipizada por la manifestación de las virtudes requeridas para tan alto cargo, y con el elegante traje con hebillas de plata, sombrero alto , ropones de terciopelo, medias de seda y la imponente vara, rematada por la cruz de plata, una representación de la unión del poder temporal y espiritual en las manos del Niño Dios. Síntesis de que sólo son capaces los pueblos católicos, dirigidos por varones inspirados, por verdaderos edificadores de los cimientos de la nación argentina , como de todos los pueblos iberoamericanos.
La milagrosa conversión dio origen a un himno: el Tinkunaco. Lo entona el Inca, debajo de su arco real, rodeado de los "ayllis", que representan al pueblo indígena con sus vistosos y coloridos atuendos. Se encuentran con la procesión de San Nicolás, escoltado por los Alférez, que representan -según el Padre Vera Vallejo, historiador local- a los nobles riojanos de la Cuadrilla de Calchaquí.
Guerreros españoles y guerreros indios se encuentran, hermanados ante el Niño Alcalde, con la intercesión de San Nicolás -devoción que se agregó con el correr del tiempo, como parte de una tradición viva... que fundara San Francisco Solano.
Transcribimos el texto en quichua y en castellano. Hay variantes de él, en los distintos lugares de La Rioja donde se celebra el Tinkunaco, el 1º de Año, fecha en que los nuevos cabildantes se hacían cargo de sus varas y ocupaban sus asientos capitulares.
Es un texto tan maravilloso que merece ser contemplado, como una oración. En La Rioja se lo canta en quichua, acompañado por pequeñas cajas.
Son tradiciones vivas que fueron ignoradas por los que, imbuidos del espíritu de la Revolución Industrial, quisieron edificar un país nuevo, extranjero en su propia tierra, con un sentido materialista del progreso: el progreso sin la tradición.
Hoy hemos celebrado el Tinkunaco en el barrio Chucuma, del pueblo de Sañogasta. La afluencia de personas de todas las edades, con destacado número de jóvenes y niños mostró el profundo arraigo de las tradiciones fundadas por San Francisco Solano en 1592.
Nuestro pueblo progresó y progresa en varios aspectos, realizando el ideal pontificio del progreso dentro de la tradición. Si viviéramos una civilización cristiana, progresaría mucho más y más auténticamente! Los que, a fines del siglo XIX, imbuidos de positivismo materialista a pesar de sus apariencias exteriores de tradición, pretendieron borrar las raíces tradicionales hispano-indígenas, no lo lograron. Es motivo de alegría y esperanza.

2 Comments:

Blogger Walter E. Kurtz said...

"Por un cambio": ¿originarios de dónde? ¿se dieron por generación espotánea? ¿acaso ellos no invadieron y colonizaron... y masacraron (en algunos casos se los devoraron) a los pueblos que estaban antes que ellos en estas tierras? Dejemos el indigenismo barato para gentes de pocas luces.

A los autores de la bitácora: ¡Excelente! Sigan adelante con ella compartiendo las tradiciones de los restos que quedan de la Argentina auténtica. Y desenmascarando a los indigenismos salidos de las usinas ideológicas yanquis y europeas diseñadas para dividirnos y conquistarnos... y a los demasiados "vivillos" locales que se aprovechan de ella.

Me permito recomendarles un lindo artículo aparecido aquí: http://lucesdeltucuman.blogspot.com/2009/01/el-luminoso-tinkunaco-de-san-francisco.html.

In Dómino

11:02 a.m.  
Blogger El Alférez said...

Sin duda que "por un cambio" no es ningún indígena sino un intelectual indigenista: su estilo y su resentimiento lo delatan.
El verdadero indígena tiene un alma grande, abierta a lo maravilloso, y por eso abrazó la Fe católica, que es la salvación de todos los pueblos.
Antes de la llegada de los cristianos españoles, nuestros indígenas estaban sometidos al Imperio incaico, con sus severas y draconianas leyes. Imperio admirable bajo muchos aspectos, y terrible bajo otros: como la historia de la pobre Tanta Carhua, la hija de un curaca que por salvar su cargo la enterró viva.
Los españoles del siglo XVI sufrieron las influencias del Renacimiento. A los defectos humanos se le sumaron los propios de la época. No obstante fueron portadores providenciales de la única verdadera Fe, católica, apostólica, romana, la que llena el alma de los mestizos americanos, descendientes de aquellos españoles e indígenas que, con el aporte de sangre africana,son el componente de la nación argentina, nación mariana que -como San Francisco Solano- admira y tiende naturalmente a todo lo excelente, al progreso con la tradición, a ser con el tiempo un exponente de lo que Pío XII llamó "el continente de la esperanza", gracias a maravillosos varones como San Francisco Solano.
Finalmente, el mensaje de "por un cambio" contiene una absurda mentira: que no hay pruebas del paso de San Francisco Solano (!!!).A tanta ignorancia o mala Fe respondemos: su presencia está viva en todo el Noroeste. Lo prueba el Tinkunaco que todos los años se realiza en La Rioja, que es su acontecimiento principal. Y lo prueban los testimonios abundantes y contestes del extenso proceso de canonización, registrado en la obra "El Apóstol de América" del Padre Luis Plandolit. Amigo "por un cambio": le sugerimos informarse y no repetir mecánicamente los tristes inventos indigenistas.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva San Francisco Solano!

11:47 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home