LUCES DORADAS del TUCUMAN

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viernes, septiembre 07, 2012

El otro Milagro salteño

 

Por León Chancalay - San José de Metán 

Según el Historiador Eduardo Poma, Hernando de Lerma partió de la antigua Nuestra Señora de Talavera conocida comúnmente como Esteco, en 1582 con: 95 hombres, aborígenes amigos, caballos, vacunos y ganado menor para fundar Salta.

Años posteriores esta localidad se trasladaría en cercanías de la desembocadura de Rio de las Piedras en el Pasaje, y se fusionaría con la localidad Nueva Madrid denominándose luego como “Nuestra Señora de Talavera y Madrid” que se conocería como Esteco. Esta localidad que poseía un gran valor estratégico por su ubicación en el paso del comercio de ese tiempo es el denominado el Camino de las Carretas. Prácticamente desapareció un día 13 de septiembre de 1692, por un gran movimiento sísmico uno de los más importantes de la Historia de nuestro País[1].
“El 16 abril de 1582 se funda la Ciudad de Salta, desde el comienzo ya existía una gran diferencia entre Hernando de Lerma y el dominico Francisco de Victoria. El fundador dejó su apellido al valle que abraza la ciudad. El obispo, la imagen del Cristo del Milagro”. (Palabras del historiador Gregorio Caro Figueroa).
En el año 1592 llegó a Salta la Imagen que había prometido el Obispo Victoria diez años atrás, era la Imagen del Cristo. Transcurrieron 100 años para sacar las imágenes en procesión.
En medio del horror de los movimientos telúricos de 1692, se había organizado la primera procesión del Cristo que recién a partir de 1809, será llamado el Señor del Milagro por el obispo Videla de Pino el que, de este modo, se hizo cargo de la fuerza de la tradición y los precedentes del Cabildo que había esperado una formal declaración eclesiástica.
Antes de que la imagen recorriera la calle principal “en hombros de los sacerdotes y del pueblo; … los mercedarios encabezaban la procesión de penitencia con los pies descalzos, ceñidos de burdos hábitos, confundidos con el pueblo que deja escapar gemidos desgarradores, son los primeros en practicar estas publicas penitencias”.
Al amanecer del día 15, el jesuita José Carrión tuvo un sueño singular: las convulsiones cesarían en cuanto se devolviera majestad el culto al Cristo milagroso, olvidado en la sacristía de la catedral.
El Pueblo corrió a buscarlo y lo llevó, ansioso, en procesión. La calma sucedió al pánico. Los temblores cesaron: la profecía de San Francisco Solano se había cumplido [2]
Recién el día 15 son sacadas las imágenes del Cristo y la Virgen. “En estas dramáticas circunstancias debió alterarse el estricto orden que regia durante los oficios religiosos. A ellos asistían, invocando la misma protección, unidos, por un mismo temor y por la misma Fe, autoridades, sacerdotes, religiosos, encomenderos, comerciantes, mujeres, ancianos, niños, españoles, criollos, y la plebe (formada por indios, negros y mulatos)”.
“Son los sacerdotes, son los hombres sin diferencia de condiciones, que ofrecen el espectáculo
más sensible y edificante; es la mujer del bajo pueblo, es la matrona y la dama de la alta sociedad que sigue este Vía Crucis de sangre, caminado de rodillas y uniendo el eco de sus plegarias a la oración quien brota de todos los labios”. Se confundía el esplendor de la opulencia con la humildad de la pobreza.
Y cuando el paisaje muta su color parduzco por el verde, el multicolor de las flores, y el rumor de las aves anunciando la nueva estación, se concretan los dos primeros Prodigios del Señor y Virgen del Milagro: se calmó la ira de la Tierra y esa cultura Indígena reticente a la integración empezó a abrir sus corazones a la nueva Fe Cristiana que comenzó aglutinar a la sociedad Salteña y de esta manera se concreto el otro Milagro Salteño.

León Chancalay
San José de Metán- Salta-
[1] Datos provistos por INPRES (Instituto Nacional de Previsión Sísmico)
13 de septiembre de 1692: Destruyó la pequeña población de Talavera del Esteco, en la provincia de Salta, ocasionó 13 muertos y heridos. Produjo daños considerables en la ciudad de Salta. La intensidad máxima estimada alcanzó los IX grados en la escala Mercalli modificada y tuvo una magnitud M= 7.0 grados en la escala de Richter.
[2] “Salta saltará y Esteco” (destacada ciudad de la época, de la zona del noroeste argentino) se hundirá” cf. Patricio Colombo Murúa