LUCES DORADAS del TUCUMAN

Sitio de intercambio de información sobre la actualidad, historia y cultura argentina e iberoamericana, desde la región del Tucumán (NOA - La Rioja - Córdoba), en la que tuvo especial vigencia la civilización cristiana, orgánica y mariana de la Argentina auténtica. Su Tradición viva se enriquece con el paso del tiempo. Ayúdenos a descubrir y defender nuestra identidad. E-mail: civilizacioncristianaymariana@gmail.com

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Nombre: El Alférez
Ubicación: Noroeste, Argentina

martes, enero 30, 2007


Cuando nuestros prohombres aprendían a leer:
"Cris to, a, be, ce, de"

Ramón J. Cárcano, el prohombre cordobés, evoca en "Mis primeros 80 Años" los tiempos en que aprendió a leer. Su relato simple y conciso es como una ventana hacia la Argentina señorial, familiar y orgánica del siglo XIX.
En 1867, Córdoba era diezmada por el cólera y la familia se había retirado a "sus posesiones de San Francisco del Chañar, centro urbano fundado por el gobernador Mrqués de Sobremonte.. . donde él también reside algunas veces en descanso de sus tareas oficiales".
"Por allí pasa el camino a Santiago del Estero, Tucumán y Salta, y sube el altiplano. Es paradero normal de las mensajerías y correos regulares que transitan por el camino real de la colonia recordado por el licenciado Matienzo y el escribano Tula y Cervín (1558)".
Tenía 7 años de edad y los padres resuelven mandarlo a la escuela de San Francisco del Chañar, pues no se podía volver a Córdoba. Pero a la semana debe retirarse por un problema con el maestro -a quien llamaban en el pueblo... "sapo peludo"!
Luego de varias deliberaciones familiares "mi abuelo toma a su cargo mi instrucción primaria. Mi abuelo don Francisco Marcos César es un gran señor de la región. Posee tres estancias, Corral de Arce, Alto Grande y La Quinta..."; además era dueño de "una fuerte casa de comercio de ramos generales y acopio de frutos del país. Aparte de sus caudales considerables para la época, el principal valor hállase en su espíritu, de cierta cultura y elevacion, su carácter apacible y conciliador, su austeridad invulnerable, el respeto y entera confianza que le dispensa el vecinario".
"Mi abuelo me conduce a su escritorio, la pieza más fresca de la casa, atestada de diversas mercaderías, y frente a una ventana me sienta sobre una petaca de cuero crudo, cubierta de blandos tejidos elaborados en Tulumba. Pone en mis manos una cartilla y un puntero de hoja de palma...y empieza la primera lección de papá Francisco, com yo le llamaba.
"A la primera letra del alfabeto la encabeza la imagen de un crufifijo de modo que hay que principiar la lectura:
-Cristo: a, be, ce, de, etc.
"Ese día aprendo muy bien la lección y recito el abecedario de memoria. Mi abuelo me acaricia, abre una gaveta del almacén y me ofrece un puñado de pasas de uva. Las lecciones se repiten con el mismo éxito y la misma recompensa: pasas de higos, pelones, patay, chancaca, nueces, almendras, mistol, avellanas, maní y algunas veces naranjas que vienen de La Rioja.
"Siento cariño por mi cartilla. Todos los días, antes de la hora, espero sentado en la petaca al venerable maestro. A las pocas semanas leo y escribo discretamente con mis letras gordas... Todo florece con amor".